La naturaleza tiene dos caras, por un lado nos proporciona los materiales y recursos necesarios parar sobrevivir, vivir de una manera confortable y asegurar la permanencia de la especie por tiempo indefinido. Sin embargo, el mal trato y la manera depredadora como interactuamos con ella muestra la otra cara.
La vida, por naturaleza, tiende a conservarse, a sobrevivir y adaptarse.
Teniendo en cueta que la tierra es un ser vivo en su conjunto, es procedente pensar que los hombres siendo una infestación, una peste que ha contraído y de la que se debe liberar, necesita sacudirse de su parásito.
Inundaciones, pestes, plagas, fenómenos naturuales inusuales. Todos pueden ser interpretados como una sacudida que se da la tierra para deshacerse de nosotros, o por lo menos equilibrar un poco la balanza de la vida.
El dibujo que les traigo hoy es la tierra con sus dos caras, exhalando muerte en favor de su supervivencia, la tierra está convaleciente. El vaho que libera lleva las vidas de los hombres, culpables e inocentes por igual, ella no discrimina, sólo sabe que está enferma, ojalá no de cáncer.
